jueves, 14 de junio de 2012

Lequio

Quiero dedicar esta entrada a un buen amigo que nos dejó este sábado, Lequio.

Fue una gran persona y, a pesar de conocerle nada más que de dos años de clase, parecía como si le conociese de toda la vida. Con él nunca tuve problemas, no había manera de cabrearse con él. Siempre sonriente y gracioso. Ahora, ya no está, pero su recuerdo permanece y como he escrito en mi libro:
Las personas permanecen vivas si continúan en nuestra memoria.
Con este post quiero dar apoyo a su familia, amigos y a su novia; cuyo corazón quedó roto y que algún día espero que pueda recomponer con alguien que sea como él en personalidad.

Un beso, abrazos y demás a todos aquellos que le conocían. Y a ti, Lequio, por estos dos años que nos diste y que me apoyaste en este libro que no podrás finalizar leyendo pero que cuando lo escriba, espero que te agrade allá donde estés.

Adiós, amigo mío.